sometimes you just need to escape | Uriel

Había pasado ya una semana desde que estallase en clase de defensa contra las artes oscuras y se largase dando un portazo. Lamentaba mucho que su arrebato hubiera costado casi cien puntos a su casa, pero no se arrepentía de haberse ido de aquella clase. Bastante habían pasado ya como para que un profesor con ínfulas se dedicase a hundirlos en el fango regodeándose en su pequeña parcela de poder. Como si fuera alguien…

Y durante aquella semana sí que había dedicado el tiempo a pensar en qué quería hacer, con sus estudios, con su futuro y con su vida en general. Porque estaba claro que en Reino Unido las cosas iban cada vez a peor. Si un profesor (qué casualidad que era el mismo implicado…) podía lanzar maldiciones imperdonables en medio de una clase, más aún siendo del nivel básico, sin que hubiera ninguna repercusión; si se podía encontrar a una alumna muerta en medio de los terrenos del colegio y que la única consecuencia fueran medidas más restrictivas para los alumnos y especialmente para el “alumnado especial” (como odiaba ese término)… ¿de verdad se le había perdido a ella algo allí?

Así que se armó de valor y fue a buscar a su padre, llamando a la puerta de su despacho, donde creía que debía estar a juzgar por las horas.

—Papá… ¿Tienes un momento?